Callarme ya no puedo, llevo atascados muchos sentimientos, cobardía, orgullo, amor y arrepentimiento, mi soledad custodiada de amargura y desespero, las noches ásperas y frías, lo cálido es agonía, en mi habitación se encuentran mis sábanas marcadas del último encuentro, mi armario vació, mi cuerpo deseando tus besos; las sonrisas fingidas al medio día, deambular por las calles donde vos y yo juntamos recuerdos es mi día a día, en mi melancolía me doy cuenta que ya no estas y que no es lo mismo reír sosteniendo tu mano, que reír sabiendo que jamás volverás a mi lado, te extraño, ya no puedo ocultarlo, lastimaste mi alma y fue inevitable, lo sé, soy consciente, pero esta terquedad de querer tenerte me inhibe a pensar, me enloquece, me atrapa, me consume y me destruye los días de calma, de lluvia, de sol, de brisa; sin ti estoy en las sombras, los ocasos ya no me deslumbran y los paisajes no alegran mi vista ¡maldición!...extraño tu sonrisa, tu mal humor, tu poco carisma, los besos, las caricias, tu voz, tu infierno que me sofocaba de tanto miedo al imaginarte lejos, la fragancia de tu cuerpo que me provoca demencia...sí, yo aún me pierdo en ti, todavía te amo. Aunque ya no sirva de nada, aunque ya no me deleites con tu mirada, lo repetiré mil veces y que el viento te lo susurre en la madrugada y me pienses, quizás así de tanto anhelarte regreses a mí nuevamente, o el viento y el tiempo se apiaden de mí y me arrebaten todo esto que siento por ti.
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