Falsa amistad
Adela pensaba en la palabra amistad en todo su amplio aspecto.
¿Realmente existe el amor desinteresado....el sacrificio...la unión....?¿eso es
la amistad?. Desde luego Adela creía en la amistad. Estaba segura de que tanto
con Ana, como con Pilar, existía una relación de amistad que nada ni nadie
podía romper. Eran amigas desde la niñez, las tres, aunque podría parecer algo
complicado, pues los tríos nunca fueron bien avenidos....eso dice la cultura
popular. Sin embargo Adela contaba con sus amigas para todos, tanto cumpleaños,
como viajes...como cenas los fines de semana. Los tres matrimonios salían
juntos y entre ellos también se había creado un vínculo de unión. Ellos también
tenían sus días libres, como ellos lo llamaban, en el que salía a pasear en
bicicleta y hacían un montón de quilómetros para después rematarlo con unas
cañas. Mientras nosotras disfrutábamos de nuestras charlas y nos contábamos
nuestros problemas. Era una amistad perfecta. Todo se daba y se recibía
desinteresadamente. Sin pedir nada a cambio. Era querer por querer, sin
importar los defectos ni tenerlos en cuánta. Nunca nos llegamos a enfadar
seriamente, si discusiones sin importancia que enseguida se solucionaban. Había
temas que para nosotros resultaban un tanto complicados de abordar por la
diferencia de opiniones, pero jamás llegamos a marcharnos a casa enfadadas las
unas con las otras. Lo sabíamos todo, absolutamente todo las unas de las
otras....o.....eso creíamos.
Un viernes, Pilar dijo que no podían bajar a cenar ya que no se
encontraba muy bien. No pasó nada. Le dijimos si quería que fuéramos allí a
cenar y llevábamos nosotros las cosas pero declinó nuestra oferta por dolerle
demasiado la cabeza. Salimos los otros dos matrimonios, Ana y su marido y nosotros.
Esa semana no supe nada de Pili ya que no hablábamos todos los días ni mucho
menos. Pero el siguiente viernes volvieron a faltar a la cena, esta vez con la
escusa de que el niño tenía fiebre. A mediados de semana, me pasé por su casa,
para comprobar que todo estaba bien. Pili estaba muy nerviosa ante mi presencia
y eso me trastocó. No había ocurrido nada entre nosotras. No podía comprender
que le estaba pasando, pero ahora si estaba segura de que tenía que ver conmigo.
Hablamos mucho toda la tarde y.....lo extraño es que parecía que no había
ocurrido nada entre nosotras, pero ella seguía estando intranquila con mi presencia.
Le dije que los echábamos de menos los fines de semana, que si todo iba
bien...si había pasado algo entre nosotros. Ella muy seria contento que la
echaría yo de menos, pero que los demás no creían, que no todo lo que relucía
era oro. No entendía nada pero de ahí no había forma de sacarla. En vista del
mal rollo que le producía decidí marcharme ante la incredulidad de lo que
estaba pasando. Sencillamente Pili no quería hablar, de eso si estaba segura, y
de que algo pasaba, algo relacionado conmigo porque mi sola presencia la ponía
nerviosa.
Llegué a mi casa nerviosa y preocupada. Llamé a Ana por teléfono y le
conté lo que había ocurrido, a lo que ella dijo que no le diera importancia,
que ya le pasaría, que le estaba dando demasiada importancia a un hecho
aislado, que igual Pili quería una temporada de aislamiento, ya que a lo mejor
se había saturado. No, no era la respuesta que yo quería oír de Ana, pues no
era así. Tanto la una como la otra me estaban ocultando algo y no sabía que
podía ser. Nuestros vínculos de amistad habían sido siempre muy fuertes, estábamos
muy unidas tanto para lo bueno como para lo malo y siempre habíamos tenido una
comunicación muy fluida entre nosotros. Esto era distinto. Sonó mi móvil con un
mensaje y fui a mirarlo. No era el mío, era el de mi marido y ....creo que por
curiosidad ante la frase de "no es oro todo lo que reluce"...decidí
ir a mirar su móvil.¡Era un mensaje de Ana a mi marido!. Eso sí que ya era
raro...Palabras textuales:
- Esto se tiene que acabar, te quiero, pero tú mujer lo va a
descubrir. O se lo dices tú o lo hará Pili, creo que lo sabe.
¡¡¡¡¡¡Bonita amistad la nuestra!!!! Lo habíamos compartido todo, hasta
mi marido. Fue cruel ver como todo mi entorno se desmoronaba y la palabra
amistad desaparecía de mi mundo, al igual que mi marido. Cuando llegó a casa le
tenía puesta su ropa en el rellano de la escalera. Nunca más volví a verlo. Sé
que se fue a vivir con Ana...bonita amistad la que tenían ellos. De Pili
tampoco quise volver a saber nada, hubiera sido mejor ir derecha al grano y que
me dijera que pasaba. Había confiado en mis amigas y....¡¡¡¡una se estaba
acostando con mi marido!!! Ni seré la primera ni la última persona a la que le
ocurra esto, pero....¡¡¡¡¡ojooooo con las amistades!!!!!!!! No es oro todo lo
que reluce............
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