"La
muerte dormía de forma descuidada, esperando que la noche llegara hasta
los cimientos de la tierra. Aunque ella es dueña de caminar sobre su
faz cuando desee, por supuesto que prefiere la obscuridad de la noche
para desplegar toda su hermosura.
Bajo la luz del día es imposible que ojo alguno sepa distinguirla y descubra
sus pasos. Mas durante la noche es cuando ella se divierte en demasía.
Es cuando los seres mas hermosos salen de sus sacrílegos aposentos
luciendo sus mas distinguidas vestimentas. Al caer el sol en su
crepúsculo es cuando comienza la vida a germinar sobre la muerte, y fue
en ese preciso momento cuando me acerqué a ella, en su descuido. Y pude
observarla dormir con la guadaña descansando sobre su regazo. Me acerqué
cuidando cada uno de mis pasos, cosas que se hacer muy bien teniendo
en cuenta que soy un vampiro, por ende, mas que caminar, me deslizo. La
luna comenzaba a reinar sobre la noche y sus rayos se reflejaban en la
filosa arma que reposaba en los hombros de la muerte. Ella extrañamente
sonreía entre sueños olvidando por un sublime instante la tarea que
desde tiempos milenarios le ha sido otorgado, arrebatar las almas y
guiarlas hacia su destino final, que no es ella precisamente quien debe
escribirlo, pues escrito está desde un comienzo"..
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