Hipócrita, porque en mi tumba lloras,
si cuando vivo estaba, me maldecías
dice porque te robaba, las alegrías
e irónica me decías, en irte te demoras.
Mas ahora que no estoy, veo imploras
para hacerme creer, cuanto me querías
pero tu presencia, aquí es una grosería
que me lanzas, al mirar pasan las horas.
Por ello en mi tumba, tu llorar es vano
porque mi ausencia, solo te da alegría
pues tus sentimientos, no son arcanos.
Vete ahora de aquí, quiero gozar de paz
en esta macabra tumba, soledosa y fría
donde vendrás para hacerme compañía.
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